INTRODUCCIÓN
La calidad en la educación es un tema
que ha causado revuelo en el presente, se habla de que el docente debe estar
mejor preparado día a día para cumplir y atender a las expectativas, demandas y
necesidades de sus alumnos y de la sociedad en general. Con esto, se puede
decir que todos los agentes implicados en la educación juegan una función
clave y de múltiple importancia para que
el proceso formativo sea eficiente.
El mundo moderno en el que vivimos
exige la preparación y actualización de los docentes, además reclama la
construcción de nuevas imágenes, nuevos modelos y nuevos conceptos tanto de la
educación como del profesorado.
Pero ¿Qué debe hacer el docente para
cumplir con todas estas exigencias y para llegar a esa tan anhelada calidad
educativa? ¿Es suficiente contar con grandes teorías de psicólogos y sociólogos
para entender lo que sucede dentro y fuera del aula? ¿Cuáles son las
acciones que se deben realizar para llevar a cabo un buen desempeño como docente
dentro del aula?
La investigación-acción es una
actividad que desarrolla en el docente una
competencia permanente la cual brinda una mayor perspectiva en el
proceso de mejora de los aprendizajes en el estudiante y ayuda a tener un mejor
nivel de desarrollo profesional. Por lo tanto es la herramienta, estrategia y
ayuda perfecta para realizar las intervenciones necesarias favoreciendo
positivamente a alumnos, padres de familia, docentes y demás agentes
involucrados en la educación.
En el siguiente texto se hará un
análisis acerca de qué es la investigación-acción estudiando principalmente sus
características y la importancia de ésta para mejorar la formación profesional
y las prácticas educativas.
DESARROLLO
El hombre es curioso por naturaleza
hacia el mundo que lo rodea, ésta característica lo ha llevado a conocer y dar
sentido al mundo y a lo que ocurre en él. Gracias a esto descubrió a lo largo
de la historia grandes avances tecnológicos, llegó a la luna, ha desarrollado
grandes formulas con sustancias químicas para adquirir nueva medicina y así
curar diversas enfermedades, etc.
En el área de la educación no ha sido
la excepción, se han realizado grandes investigaciones por parte de
sociólogos y psicólogos las cuales
brindan eficaces aportaciones en el plano de la formación pedagógica pero este
hecho privaba al docente para expresar su realidad de viva voz y sobre todo
anulaba su motivación para proponer soluciones.
Es evidente que para lograr un cambio,
los afectados deben estar involucrados e interesados por dar un giro a su
entorno, de tal manera surge la investigación-acción, en la cual el docente no
solo percibe la problemática sino que construye un plan de acción de acuerdo a
las necesidades detectadas y es parte palpable de la solución. En la misma
sintonía Evans (s/f, p 17) deja entrever de una manera especial que:
La
investigación-acción se concibe como un método de investigación cuyo propósito se dirige a que el docente
reflexione sobre su práctica educativa, de forma
que repercuta, tanto sobre la calidad del aprendizaje como sobre la propia enseñanza, es decir, hace que el docente
actúe como investigador e investigado, simultáneamente.
La reflexión es una evaluación crítica
y autocrítica de la práctica docente que permite cuestionar aspectos o
situaciones novedosas que al mismo tiempo ayudan a analizar e interpretar la
realidad que causa insatisfacción y dar lugar a nuevas perspectivas,
alternativas, propuestas, etc.
De tal manera el docente realiza un
profundo análisis sobre su labor con preguntas básicas tales como ¿qué? ¿por
qué? ¿para qué? ¿cómo? ¿cuándo? ¿en realidad sirve a mis alumnos lo que están
aprendiendo? etc., además dicho razonamiento servirá para reflexionar en y
sobre la práctica y por ende ser mejores profesionistas con una perspectiva
distinta en los acontecimientos que se suscitan dentro y fuera del aula.
Así mismo,
Lewin (citado por Evans s/f p.17) caracteriza la investigación-acción como “la
actividad desarrollada por los diferentes grupos y comunidades, que pretenden
cambiar sus circunstancias conforme a su idea de que los valores deben ser
compartidos; por tanto, debe centrarse en la investigación sobre la práctica de
forma reflexiva y sistemática”
Aplicado
al contexto educativo, faltaría mucho para que todos los docentes de los
distintos niveles fueran investigadores reflexivos en sus aulas “si la
finalidad de la investigación educativa es mejorar la educación, entonces una
gran parte de la investigación actual en
educación no ha cumplido con ésta tarea” (Salazar, 2006, pág. 154) porque como se
mencionó anteriormente, los adelantos son muchos pero la educación, o mejor
dicho los encargados de ella, se resisten completamente al cambio total siendo
de que la tecnología nos está traspasando y las necesidades educativas al igual
que los alumnos, suelen ser distintos en comparación de años anteriores.
Aún así la verdadera esencia de la
investigación-acción busca mejorar la calidad de la educación, trascender y
realizar cambios con resultados claros y eficaces que transformen la sociedad
educativa en una comunidad digna, capaz de formar alumnos autodidactas y con
profesores excelentes y bien preparados. Pring citado por (Latorre, 2007, pág. 28) señala cuatro
características significativas de la investigación-acción:
-
“Cíclica, recursiva. Pasos similares tienden a repetirse en una secuencia similar.
- Participativa. Los clientes e
informantes se implican como socios, o al menos como participantes activos, en
el proceso de investigación.
- Cualitativa. Trata más con el
lenguaje que con los números.
- Reflexiva. La reflexión crítica
sobre el proceso y los resultados son
partes importantes de cada ciclo.”
Lo anterior nos da a conocer que la
investigación-acción no termina, es consecuente y podemos investigar un
sinnúmero de veces, tomando aspectos reales y características cualitativas de
la sociedad que además nos permita ser participes directos del proceso.
En cuanto a la metodología de la investigación-acción
se compone de cinco pasos que a su vez se dividen pero de manera general se
presenta como: planteamiento del problema; hipótesis de acción y plan de acción;
desarrollo de la propuesta de mejoramiento; evaluación y; difusión de
resultados.
Poco a poco la investigación-acción
permite desarrollar en los docentes una formación profesional distinta a sus
demás compañeros, pues ésta tiene espacios de reflexión, discusión y análisis que
se llevan a cabo con la enseñanza, por lo tanto es de vital importancia para
mejorar la práctica de cualquier profesionista que se encuentre implicado con
la formación de educandos.
El profesional desarrolla una mejor comprensión
del conocimiento en la actuación, ya que se vuelve capaz de examinar y explorar
nuevas situaciones, pues une la teoría y la práctica, el saber y el hacer, la
investigación y la acción
Los
maestros tenemos que retomar esa capacidad de investigar, debemos tener un
espíritu indagador y sensible, el cual nos haga sentir insatisfacción frente a
la labor diaria, debemos escuchar la voz de nuestros alumnos, sus dificultades
en el aula, en la escuela y en su comunidad e identificar lo que no es
aceptable como el bajo rendimiento de nuestros alumnos, la falta de recursos
didácticos, indisciplina en el aula, indiferencia de los padres de familia,
etc.
Como nos dice (Latorre, 2007, pág. 8)
“La
investigación debe realizarse en los centros educativos y para los centros educativos, teniendo un gran sentido en el
entorno de las situaciones problemáticas
de las aulas. De esta forma, la investigación-acción se constituye en una excelente herramienta para mejorar
la calidad institucional”
El hecho de que los docentes llevemos
a cabo investigación en el aula, genera muchas ventajas y mejoras a nivel
institución, además de autodesarrollo profesional, una mejor práctica educativa,
mejores condiciones sociales y todo el proceso da como resultado que el
profesional desarrolle una adecuada y continua práctica reflexiva.
Por otro lado “La investigación-acción
unifica procesos considerados a menudo independientes; por ejemplo: la
enseñanza, el desarrollo del curriculum, la evaluación, la investigación educativa
y el desarrollo profesional” (Elliott,
2000, pág. 72) .
Por lo tanto un docente que realice tan importante labor tendrá muy bien
consolidado y en constante progreso su desarrollo como profesional de la
educación y los resultados se verán
plasmados tanto con sus alumnos, como con los padres de familia y el entorno en
general.
CONCLUSIÓN
La investigación acción posibilita la
transformación, no solo busca explicar las problemáticas que aquejan a los
estudiantes y a la sociedad, su fin real es atender a la comunidad educativa y
ser parte de la solución de una manera activa, eficaz y enriquecedora. A través
de la investigación los docentes adquieren comprensión y conocimiento pedagógico
de la enseñanza que pueden utilizar para
mejorar su práctica docente.
Como docentes hay que tomar conciencia
de la realidad y poner manos a la obra, pues en la escuela es donde más se
investiga y es donde menos cambios se hacen. La investigación al igual que la
evaluación es una herramienta de mejora por lo tanto debemos darle ese uso y no
estancarnos en las mismas prácticas rudimentarias e inservibles, pues al igual
que el mundo evoluciona, la educación también debe buscar la manera de innovar
eficazmente.
Por último, si tomamos en serio
nuestro papel como docente investigador, tendremos por ende alumnos que sean ciudadanos activos, pensantes, creativos, capaces
de construir conocimiento, autodidactas
e investigadores.
BIBLIOGRAFÍA
Elliott,
J. (2000). El cambio educativo desde la investigación acción. Madrid:
Morata.
Evans, R. (s/f). Orientaciones metodológicas para la
investigación acción: Propuestas para la mejora de la práctica docente.
Ministerio de educación de Perú.
Latorre, A. (2007). La investigación acción: Conocer y
cambiar la práctica educativa. España: Graó.
Salazar, M. C. (2006). La investigación-acción
participativa: inicios y desarrollo. México: Popular/laboratorio educativo.
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