LA CELEBRACIÓN MÁS SAGRADA PARA LOS PURHÉPECHAS
Año Nuevo Purépecha o Año Nuevo Tarasco es la fiesta que celebra el inicio de un nuevo año.
La fecha en que se realiza esta celebración depende del tipo de calendario azteca, y la más común es la noche del 1 de febrero del calendario gregoriano.
Esta
ceremonia “simboliza la unidad y fortalecimiento del pueblo purépecha
contemporáneo, recuperando ritos y ceremonias así como elementos tradicionales
que pueden ser útiles en la vida cultural, social, espiritual educativa y
organizativa de los purépechas, basada en las raíces de Juchari Anchekuarhikua (nuestro trabajo), Juchari
Kaxumbekua (nuestro honor comunitario), Juchari Jakukua (nuestra cosmovisión) y
Juchari Purhejkukua (nuestro espíritu guerrero)”.
El Fuego Nuevo (Kurhikuaeri
K´uinchekua) tiene la
finalidad de agradecer a la Madre Tierra (Nana Kuerajperi) los
favores recibidos a lo largo del año; el año que comienza toma como referencia
los ciclos productivos de la tierra.
La celebración se llena de los aromas del mole y otros alimentos tradicionales como las corundas y
aguacatas, que son bolas hervidas de masa del tamaño de un puño, se preparan en
las regiones en las que se dividen los purépechas en Michoacán, siendo éstas
Sierra, Cañada, Lacustre y Ciénega.
Durante la celebración, también se queman cohetes
mientras las personas escuchan música típica de la etnia, como “El abejeño” y
“La pirekua” (declarada Patrimonio de la Humanidad en 2010 por la UNESCO),
géneros que acompañan al fuego hacia la comunidad de Huancito, Municipio de
Chilchota ubicada en la cañada de los Once pueblos, y que el próximo año (2017)
es sede de la festividad.
La celebración del Encendido del Fuego Nuevo
comienza la noche del 1 de febrero y continúa la madrugada del día 2, las
actividades en torno a la fiesta comenzaron el pasado 28 de enero, siguiendo la
tradición como se realizaba en la época prehispánica, al efectuar la caminata
por los montes (Uanápikua,
caminata totalmente a pie) para transportar el fuego sagrado o fuego viejo,
desde Arantepakua a Huancito.
El ceremonial incluye el traslado de todos los
elementos culturales de la cultura purépecha, como el fuego, la piedra
calendario, la bandera y un bastón que simboliza la sabiduría, desde la
comunidad que recibió el Fuego Nuevo el año anterior, en este caso Arantepakua,
hasta la nueva sede, misma que se designa cada año.
El fuego viejo es recibido por las Nana K’eri de la
comunidad, quienes lo depositan en la parangua colocada en la cima de una
yácata que se instala en la plaza del lugar (plataformas escalonadas que
combinan un cuerpo rectangular con otro circular, lo que hace parecer a la
planta como una especie de “T”).
“En una Yákata (Yácata) provisional construido cuidadosamente con
ladrillos de piedra de la región, y ubicado en la plaza principal de Huancito,
ahí y de testigo los últimos rayos del Tatá Jurhíata, Padre Sol, se hizo el resguardo de las cenizas
(apagado del fuego viejo) para cuando la constelación de Orión (Araró
Jóskua) se ubique a la mitad de su trayecto, se encenderá el Fuego Nuevo
P’urhépecha, a la usanza antigua, (percusión con piedra pedernal y yesca
local).
Por tradición oral, tenemos conocimiento que
nuestros antepasados guardaban de una a dos semanas de asueto, días de
reflexión y oración, pidiendo a Tatá
Jurhíata que nos concediera un nuevo amanecer con el encendido del
Fuego Nuevo y con ello el inicio de un nuevo ciclo agrícola, un Año Nuevo P’urhépecha.
He sido participe del festival purhépecha en Zacan como Kurpitie, es uno de los eventos en donde se entiende, se percibe y se adopta el verdadero orgullo del cual formamos parte, mis respetos y mis más grandes admiraciones por tus aportaciones Tzitziki.
ResponderEliminarde nada Mateo.! es solo q respeto tanto esta cultura y sobre todo es un gran orgullo formar parte de ella..!!
ResponderEliminar(espero poder tener la fortuna de verte algún dia bailar en la danza de los kurpities) saludos Mateo..!