INTRUDUCCIÓN
Hablar de la educación en toda su
extensión es complejo y un tanto confuso
pues abarca diversos aspectos mismos que varían a causa del contexto social y
cultural de la comunidad donde se lleve
a cabo ésta práctica. Hablando propiamente de la educación académica, se
necesita la intervención de diversos
agentes para lograr llevar a cabo esta fascinante labor, pues intervienen directa o indirectamente
agentes internos y/o externos a la institución que fungen un papel importante
en cada paso de dicho proceso.
Intervienen en la educación desde los políticos con reformas y leyes; instituciones nacionales e internacionales cono la UNESCO, OCDE, ONU, SEP Y SEE con avances programáticos, libros de texto, academias de formación docente; autoridades educativas, directivos, supervisores, jefes de sector, con normas institucionales; la infraestructura, ya sea completa o carente de espacios físicos; personal institucional como intendentes, secretarias, psicólogo y trabajo social; alumnos, ya sea que asistan a la escuela por convicción propia o porque los mandan; padres de familia estando o no al pendiente de la formación de sus hijos y; docentes, cumpliendo su labor de diversas maneras, influyen de una u otra manera en el proceso de enseñanza aprendizaje y en la labor del docente.
Pero ¿Cómo hace el docente para cumplir, vincular y regular todas estas decisiones que se toman a su alrededor? ¿Qué elementos intervienen para que se lleve a cabo el proceso de enseñanza aprendizaje en el alumno? ¿Qué aspectos influyen para que el educador pueda desarrollar correctamente su función y conjunto con esto cultivar su identidad como docente?
DESARROLLO
La práctica docente y su desarrollo,
ha sido motivo de estudio y análisis, la mayoría de las veces con la finalidad
de concientizar sobre la práctica y aportar elementos que la mejoren, para de
ese modo desechar rituales que estanquen
o retrocedan el proceso de enseñanza aprendizaje.
Visto desde una perspectiva social, el
docente se ha victimizado en ataques
hacia su labor, su desempeño, su imagen y cuestionamientos hacia su vocación.
En algunas ocasiones y como en todas las profesiones los docentes se ven
obligados a tomar el camino magisterial sin tener vocación o intención, pero
también se ha analizado que en el transcurso de la práctica surge amor por
dicha profesión y la pasión por quienes eligen por vocación, aumenta y ésta se
da a notar en el desarrollo de su profesión.
Doy razón en que el sistema educativo tiene muchas fallas y deficiencias,
pero también debemos analizar que la
culpa no es del docente, ya que los profesores en sí, solo son una parte de
ese gran proceso y sistema que conlleva
múltiples acciones y decisiones que no están al alcance de nuestras manos.
Por ejemplo, las reformas y los
acuerdos educativos, las leyes generales y estatales de educación, los modelos
y en sí todo lo que dicten las políticas educativas se deben elaborar con base
en las opiniones de los docentes, las necesidades escolares y sociales, tomando
en cuenta los avances científicos y tecnológicos y sobre todo cubriendo las necesidades de infraestructura
y recursos materiales de las instituciones y por lo general no es así.
Hablando de reformas, actualmente se
habla de un modelo educativo que se debe
insertar en nuestra práctica con el fin de mejorarla. En cuanto al modelo en
sí, no dudo ni niego que es bueno pero, por deficiencia de recursos tales como las
computadoras, el internet o simplemente la falta de energía eléctrica en
algunas instituciones hace que su práctica no se pueda llevar a cabo en su
totalidad.
CONCLUSIÓN
La palabra convence pero el ejemplo
arrastra. De nosotros mismos depende que se derribe las malas opiniones que se
han generado del docente a lo largo del tiempo por múltiples cuestiones y de
nosotros depende también que dicha figura sea vista con respeto, admiración y
valentía.
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