Este en un relato de un
sueco que viajo a África, quería ver el mundo fuera de la perspectiva
del egocentrismo europeo. Menciona que la manera más sencilla de explicar lo
que ha aprendido de su vida en África es acerca de por qué los seres humanos
tenemos dos oídos y solo una lengua. ¿Cuál es la razón? Probablemente nacemos
así para que escuchemos el doble de lo que hablamos.
En África, escuchar es un principio básico. En el mundo
occidental, en cambio, es algo que ya casi se ha perdido a causa del constante
parloteo, porque nadie parece tener el tiempo o las ganas de escuchar a nadie más.
Hablamos sin cesar, y terminamos asustados por el silencio, el refugio de aquellos
que no tienen respuestas. En todo el
continente africano, la gente escribe y cuenta historias. Es muy probable que
la literatura africana irrumpa en el escenario mundial.
Después el sueco cuenta un encuentro que tuvo y que no ha
podido olvidar. Relata; era un día caluroso, y estaba tomando un descanso de
los ensayos, y salió a la calle deseando con el alma que soplara una brisa
fresca. Dos ancianos estaban sentados en
esa banca, pero hicieron espacio para mí, dice. En África, las personas
comparten algo más que el agua de una manera fraternal. Incluso cuando se trata
de la sombra, la gente es generosa. Sigue contando que escucho a los hombres
hablar de otro anciano que había muerto recientemente, uno de ellos dijo:
estaba yo de visita en su casa. Empezó a contarme una historia increíble acerca
de algo que le ocurrió cuando era joven; era una historia muy larga. Al caer la
noche, me dijo que tendría que volver al día siguiente para contarme el resto,
pero cuando llegue allí, ya había muerto. El hombre se queda en silencio. Decidió
el sueco no levantarse de aquella banca hasta que hubiera escuchado algún comentario
de su compañero. Finalmente hablo, esa no fue una buena forma de morir dijo; no
debió hacerlo sin antes de haberte contando el final de su historia.
Muchas palabras se escribirán en el viento y sobre la arena,
o terminaran en una bóveda digital oscura. Pero la narración perdurara hasta
que el último ser humano deje de escuchar. Entonces podremos enviar la gran
crónica de la humanidad hasta el universo infinito. ¿Quién sabe? Tal vez haya
alguien allá fuera dispuesto a escuchar.
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