Tangáxoan Tzíntzicha o Tangáxoan II
(¿?-1529) fue el último cazonci tarasco que gobernó Tzintzuntzan en la región de la Meseta Tarasca, territorio ubicado en el centro del actual estado mexicano de Michoacán.
En 1521, Tangáxoan Tzíntzicha heredó el puesto de su padre Zuanga, quien murió de viruela. Emprendió una campaña en contra de los pueblos de Autlán y Sayula, conocida como Guerra del Salitre, pero no pudo vencer a los pueblos confederados y aliados, los cuales estaban al mando de Capaya o Copatzin, señor de Autlán.
Tocó a este personaje enfrentar la llegada de los españoles liderados por Cristóbal de Olid, ante los que se rindió en 1522, para de esta manera, evitar una derrota como la sufrida por los mexicas en Tenochtitlan. Cabe señalar que existe una historia referente a unos emisarios procedentes de la propia Tenochtitlan, misma que relata que pese a las súplicas que le hicieron no solo no se compadeció de la suerte de sus odiados enemigos, sino que inclusive mandó sacrificar a los emisarios tenochcas, dejando la ciudad en una postura ya de por sí insostenible. Los purépechas o tarascos juraron obediencia a la corona española y sellaron un pacto de paz.
Tangáxoan fue bautizado con el nombre de Francisco. Tuvo un hijo, don Antonio Huitzimengari, quien le sucedió en el cacicazgo de Pátzcuaro.
En 1529 Nuño de Guzmán acusó a Tangáxoan de mantener ocultamente su antigua religión, de alentar la desobediencia y de dar muerte a cierto número de españoles; después de someterlo a un juicio, se le arrastró amarrado a un caballo, y se le condenó a morir en la hoguera.
Este acto provocó el levantamiento del pueblo purépecha, de acuerdo con la leyenda, Eréndira hija del cazonci, fue la lideresa durante el tiempo que duró la rebelión.
Una estatua que representa a Tangáxoan se encuentra en el Libramiento de Pátzcuaro, salida a Morelia. Es obra del escultor Guillermo Ruiz (1938).
¿De dónde proviene la palabra Cazonzi?
Del náhuatl Caczoltzin de cac(tli), sandalia, zapato + zol(li), viejo, gastado por el uso + tzin(tli), diminutivo reverencial: “S.M. el de los cacles viejos”. Rey purépecha (tarasco) a la llegada de Cortés. Algunos cronistas le llamaron Tangaxoan ll, y sus vasallos Tzintzicha (“voz dulce o palabras agradables”, o “bellos dientes”). Terminada la conquista de México-Tenochtitlan, Cortés le envió varias embajadas con presentes invitándolo a acudir a México, en respuesta manifestó su deseo por conocer al “verdadero Dios y la verdadera religión”, por lo que Tzintzicha envió a su hermano Uhitziméngari (cara de perro). Éste a su regreso le comentó con espanto los simulacros de guerra exhibidos por los españoles, por lo que Tzintzicha, atemorizado decidió acudir a la invitación encontrándose con Cortés en Coyoacán, y ante la sorpresa de propios y extraños se humilló tanto a Cortés, que más parecía un súbdito en presencia de su soberano, que un monarca delante de un capitán. Incluso llegó ataviado con un traje humilde que contrastaba con el de todos los señores que lo acompañaban, como queriendo despertar en Cortés un ánimo de lástima o de benevolencia. Tal actitud fue vista con cruel desprecio por parte de los mexicanos los cuales le pusieron el apodo de Caczoltzin, y que los españoles adulteraron por Calzonzi. En 1529 el feroz Nuño Guzmán, presidente de la Audiencia de México, le hizo poner grillos encerrándolo, así encadenado, en un cuarto inmediato a la cámara en que él dormía en Tzintzuntzan exigiéndole 10 mil tamames (cargadores), víveres en abundancia, todas las mujeres de su familia y todo el oro disponible. Después de múltiples tormentos al rey, amigos y parientes, y de conseguir todo lo propuesto, Nuño mando a envolver a Tzintzicha en un petate y así envuelto lo hizo atar a la cola de un caballo, que lo arrastró por todo el reino: después, aunque muy maltratado, lo sujetaron a un madero, y rodeado de leña, se le prendió fuego hasta que se convirtió en cenizas, que fueron arrojadas al río. Ha sido uso común llamar Calzonzi a los señores de Michoacán, con olvido que el nombre propio de esa dignidad es Irecha.
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