La forma en que los padres les leen a sus hijos pequeños
pueden convertirlos en amantes de la lectura cuando crezcan. Pon en práctica
los siguientes tips para inculcarles el hábito.
Abraza a tu hijo mientras lees para él.
Esto ayuda a que el niño asocie la lectura con una sensación
de cercanía y seguridad. A la larga, esto servirá para que tu hijo no tema leer
en voz alta frente a un grupo.
Hazle preguntas sobre las ilustraciones.
Los niños de entre 16 y 24 meses aprenden palabras todos los
días. Las más fáciles de aprender mirando las ilustraciones de los libros son
sustantivos como perro y árbol. Si hay u dibujo de un perro, pregúntale al niño:
¿ves este perro? ¿De qué color es?, ¿Qué está haciendo? Este conocimiento
básico de los sustantivos ayuda al pequeño a aprender adjetivos y verbos con
rapidez.
Relaciona las historias con la vida real.
Si estás leyendo un libro sobre un niño o niña que va al
supermercado, por ejemplo, recuérdale la vez mas reciente en que te acompaño a
una tienda. Hacerle preguntas abiertas (quien, que, donde y por qué) a un niño
de tres años o mayor fomenta el dialogo.
Describe lo obvio
Señala al niño acerca de los libros que tal vez das por
sentadas por ser adulto. Dile el nombre del autor y explícale lo que es un
autor; enséñale a sostener un libro, como se leen las frases de izquierda a
derecha, y la sensación de pasar las páginas. Tener estos conocimientos básicos
anima a los niños a leer por su cuenta una vez que aprenden a hacerlo.
Usa la lectura para iniciar una charla.
Lo que verdaderamente importa no es que leas todo el libro
al niño, sino la naturaleza de la conversación que entables con él mientras se
los lees. Un padre que responde a las preguntas de sus hijos con buena
disposición y sostiene diálogos con ellos los ayuda a desarrollar sus
habilidades cognitivas y sociales en el mundo real.
No temas imitar voces ni hacer sonidos.
¡pum! ¡zaz! ¡muu! Pronunciar onomatopeyas quizá te haga
sentir un poco bobo, pero tu hijo necesita oírlas. Esto ayudara a tu hijo a
reconocer fonemas, los sonidos que conforman las palabras etc.
Sigue el ritmo del niño.
Si obligas a tu hijo a escuchar y no moverse mientras le
lees el libro, vera la lectura como un castigo. Es mejor que te adaptes a sus
lapsos de atención. Cuando empiece a perder el interés, quizás corra un poco
por el cuarto, pero volverá a tu lado pronto. No te rindas cuando se escape o
se aburra. Sigue leyendo y comentando la historia en voz alta: la curiosidad lo
hará regresar a ti y al libro.
la lectura, simplemente es cultura, buen articulo sami.
ResponderEliminargracias vicki :). este artículo será muy útil para tu bebé.
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