Esparta
Esparta o Lacedemonia (en griego Λακεδαιμονία), era una polis (ciudad estado) de la Antigua Grecia situada en la península del Peloponeso a orillas del río Eurotas. Fue la capital de Laconia y una de las polis griegas más importantes junto con Atenas y Tebas. Esparta surgió como una entidad política en siglo X a. C., cuando los invasores dorios subyugaron a la población local. Hacia el 650 a. C. la ciudad ya era una potencia militar en el conjunto de la Antigua Grecia.
Esparta fue una ciudad única en la Antigua Grecia por su sistema social y su constitución, que estaban completamente centrados en la formación y la excelencia militar. Sus habitantes estaban clasificados en varios estatus: homoioi gozaban de todos los derechos, motaz nacidos fuera de la ciudad pero criados como espartanos, periecos libertos e ilotas siervos. Los hómoioi recibían una rigurosa educación espartana agogé centrada en la guerra, gracias a la cual las falanges espartanas eran consideradas las mejores en batalla. Las mujeres espartanas gozaron de más derechos e igualdad con los hombres que en ningún otro lugar del mundo de la antigüedad clásica.
Durante la dominación romana, ya sin ambiciones militares ni políticas, Esparta se concentró en lo que tenía de más específico: la educación espartana. Ésta se endureció, atrayendo a los “turistas”, ávidos de ritos violentos y extraños. De este modo, los combates rituales que tradicionalmente se habían disputado en el santuario de Artemisa Ortia, bajo la dominación romana pasaron a convertirse en la “dimastígosis”: los niños eran flagelados, en ocasiones hasta la muerte. Cicerón lo relata en las Tusculanas (II, 34): la multitud que acude al espectáculo es tan numerosa que se hace necesario construir un anfiteatro delante del templo para acogerla. Este espectáculo atraerá turistas hasta el siglo IV de nuestra era, como lo testimonia Libanio.
La formación militar de Esparta es única en su tipo, es algo fascinante sumergirse en su cultura.
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